Publicación: Las complicaciones de la CPRE: Una mirada a la evidencia local
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Resumen en español
El artículo publicado por Gómez (1) en la actual edición de la Revista Colombiana de Gastroenterología es un valioso aporte a la literatura médica nacional que trae a colación el controvertido tema de las complicaciones de la colangiopancreatografia retrógrada endoscópica (CPRE). Con el desarrollo de la CPRE, hacia la segunda mitad del siglo XX, se abrió un amplio abanico de posibilidades terapéuticas en el manejo de la patología biliopancreática. La CPRE ha evolucionado de ser un procedimiento diagnóstico a convertirse en un procedimiento casi exclusivamente terapéutico, siendo este cambio motivado no solo por el desarrollo de tecnología en imágenes diagnósticas, sino también por las complicaciones relacionadas con la misma; complicaciones que pueden ir de leves (requiriendo de 1-2 días de hospitalización con recuperación completa) a severas, con resultados algunas veces devastadores (2). Aun en centros de referencia, en los que además de garantizarse un número adecuado de procedimientos al año, son realizados por personal experto, entrenado y capacitado para tal fin, las complicaciones de la CPRE se presentan hasta en un 10% con una mortalidad hasta del 1% (3, 4). En un esfuerzo por disminuir el número de complicaciones y especialmente los desenlaces fatales relacionados con la CPRE, se han descrito varias estrategias. Modificaciones en la técnica han sido propuestas, sin que hasta ahora, en nuestra opinión, los resultados de estos cambios hayan demostrado ser plenamente útiles en la disminución de la morbimortalidad. Paralelo al mejoramiento de las condiciones de salud de la población, a la implementación de programas masivos de tamizaje, al control de factores de riesgo cardiovascular y a los adelantos en métodos diagnósticos y terapéuticos, se ha producido un aumento en la expectativa de vida. Por lo tanto, cada vez es más frecuente que acudan a nuestros servicios adultos mayores que requieren la realización de CPRE. El procedimiento puede ser realizado con un nivel similar de riesgo al de la población de menor edad sin aumentar la probabilidad de complicaciones relacionadas (5, 6). El trabajo de Gómez motivo de este comentario corrobora esta información (1).
Resumen en inglés
The article by Dr. Martín Gómez Zuleta (1) published in the current edition of the Colombian Journal of Gastroenterology is a valuable contribution to the national medical literature which brings up the controversial topic of complications from Endoscopic Retrograde Cholangiopancreatography (ERCP). The development of ERCP in the second half of the 20th century opened up a wide variety of therapeutic possibilities for management of biliary pancreatic pathologies. ERCP has evolved from being a diagnostic procedure to an almost exclusively therapeutic procedure. This change was motivated not only by the development of diagnostic imaging technology, but also by complications related to it. These complications range from minor, which require 1 or 2 days of hospitalization and from which patients fully recover, to severe, sometimes with devastating results (2). Even in referral centers in which large numbers of procedures are performed every year and which have expert, well-trained, highly qualified personnel to do these procedures, ERCPs result in complications in up to 10% of the patients who undergo this procedure. Mortality rates are as high as 1% (3, 4). In an effort to decrease the number of complications, especially to decrease fatalities related to ERCP, several strategies have been described. Modifications in technique have been proposed, but until now, and in our opinion, those changes have not yet been proven to be completely useful in decreasing of morbidity and mortality. Parallel to improvement of the population’s health conditions, to implementation of massive screening programs, to controlling cardiovascular risks factors and to advances in diagnostic and therapeutic methods, an increase of life expectancy has been produced. One result is that older adults more and more frequently need to undergo ERCPs in our services. The procedure can be done with a level of risk similar to that for younger patients without increasing risks of related complications (5, 6).